miércoles, 10 de junio de 2009

TÁCTICAS DE FÚTBOL “COMPANYS, JAVIER”

Hay diversas habilidades individuales y tácticas de equipo para jugar al fútbol de forma eficaz. En teoría, el fútbol es un juego muy simple, como queda ilustrado por la famosa aseveración de Kevin Keegan de que "para ganar un partido sólo es necesario marcar más goles que el contrario". Sin embargo, los equipos bien organizados y preparados a menudo son capaces de vencer a equipos con jugadores supuestamente más habilidosos. Las tácticas del fútbol divergen de las de otros muchos deportes porque el fútbol tiene un alto grado de acción continua (es decir, no está dividido en juegos aislados, como en el fútbol americano, o puntos, como en el tenis).

TACTICAS OFENSIVAS (cuando el equipo tiene la pelota)

En fútbol, atacar es en cierto modo hacer lo inesperado. A los jugadores creativos a menudo se les describe como "artistas" y suelen tener una gran popularidad. Las tácticas de fútbol ofensivo tienen como objetivo llevar el balón cerca de la portería contraria y lograr el mejor ángulo posible para marcar.

Pase y movimiento
Es la táctica de equipo más básica. En cuanto el jugador tiene la posesión del balón, debe ser rápido para decidir si debe pasar o no; tanto si pasan inmediatamente como si no, necesitan moverse siguiendo el movimiento del balón. Una vez que el jugador ha pasado la pelota, no debe permanecer estático sino moverse a una posición donde pueda recibir un pase de vuelta y así dar más opciones al jugador que tiene la posesión del balón.

Táctica de cambiar el juego.
Dar pases de lado a lado del campo a un jugador con espacio libre es una forma muy efectiva de aliviar la presión y construir un nuevo ataque. El equipo defensor necesitará ajustar sus posiciones, y esto generalmente crea espacios que pueden ser explotados.

Romper el fuera de juego
Consiste en usar el espacio detrás de la línea defensiva del contrario. Dar pases en esta área tiene diversas ventajas. Si un atacante alcanza el pase y evita el fuera de juego, tiene la posibilidad de encararse en un uno contra uno con el portero, o quedarse en una posición excelente para un ataque por las bandas. Incluso si un defensa alcanza primero el pase, el resultado podría ser bueno para el equipo que ataca. El defensor encara su propia portería, lo que podría conducirle a regalar un córner, hacer una falta, pasar de forma arriesgada a su portero o ser presionado cerca del banderín de córner. Generalmente, los equipos con atacantes más rápidos que los defensores contrarios intentarán este tipo de juego, mientras que los defensores intentarán mantener vigilados a los delanteros para evitar que ganen el espacio libre.


Táctica del balón en largo
Esta táctica ofensiva consiste en pasar desde el propio campo del equipo atacante lanzando el balón en largo por encima de la cabeza de los defensores contrarios. Los delanteros deben correr en una zona donde puedan recibir el balón. La táctica funciona mejor con delanteros fuertes y rápidos que tienen buenas posibilidades de de tomar control del balón, superar a los defensas y, eventualmente, marcar. En el diagrama de la imagen, el balón (línea roja) se lanza en frente del delantero más adelantado; la línea de puntos azules muestra su carrera. En este ejemplo, un pase en largo a ras de suelo sería interceptado por uno de los defensas (equipo negro) a causa de la poca distancia entre los dos defensas centrales.

Agujero defensivo
Pasar el balón al espacio entre las defensas contrarias y los centrocampistas. Normalmente, un delantero de espaldas a la portería recibirá el balón e intentará girarse con el balón o distribuirlo a jugadores que estén encarando la portería (en condiciones óptimas estos jugadores receptores estarían delante de los centrocampistas contrarios o incluso en movimiento en el espacio situado detrás de los defensas contrarios).

Triangulaciones.
Este es un movimiento táctico que permite un cambio rápido y seguro de los flancos ofensivos mientras se mantiene el control del balón. En el juego triangular (o triangulación), el balón se pasa entre tres jugadores para formar un triángulo. Pueden crearse muchos triángulos con varias combinaciones de jugadores de manera que el balón se mueva lentamente hacia delante sin comprometer la posesión. Esta táctica funciona bien cuando se intenta ganar el control del medio campo. Sin embargo, puede ser usada también para propósitos de ataque. Su efectividad se debe a que los defensores son incapaces de adaptarse rápidamente al estilo de juego del equipo que ataca.

Intercambio de bandas
Cuando un equipo tiene dos jugadores de banda flexibles, pueden intercambiar sus posiciones durante el partido. El objetivo de esta táctica es confundir a los defensores que están asignados para marcarles, lo que puede conducir a errores si el defensa se despista en los córners, faltas, saques de banda, etc., donde el jugador marcado se encuentra en posiciones diferentes. Además, si los extremos tienen diferentes estilos de juego (por ejemplo, un carrilero y un driblador), su utilización en bandas diferentes puede provocar una desestabilización de la defensa contraria.
Sobrecargar una banda
Enviar más jugadores a una banda para que estén en superioridad numérica pone en un aprieto al defensor de esa banda ya que uno de los atacantes suele quedarse sin la cobertura adecuada a menos que un centrocampista se ocupe de él. Esta táctica suele utilizarse cuando se detecta la debilidad de uno de los laterales.

Hombre clave
Cuando un equipo tiene un goleador de gran calidad con capacidad de atraer a dos defensas, esto crea espacios que pueden ser aprovechados por otros jugadores. Situando a dos extremos rápidos que abran el campo y desborden por las bandas se puede poner en aprietos a una defensa de cuatro hombres

Tácticas ofensivas a balón parado.

Saques de banda
Hay diferentes tácticas para obtener provecho ofensivo en los saques de banda:
En campo propio el objetivo de un saque de banda puede ser retener la posesión para construir el próximo ataque y evitar peligro defensivo cerca del área. El lanzamiento debe ser hacia delante, orientado a un jugador no marcado y que esté de espaldas a la portería contraria. Bajo presión, sin embargo, el balón suele lanzarse lo más lejos posible.
Si el lanzador no está marcado, una táctica simple es hacer un lanzamiento de banda corto al pie o al pecho de un jugador marcado que inmediatamente devolverá el balón al lanzador.
En el último tercio del campo un jugador con capacidad para hacer un lanzamiento largo de banda puede poner presión sobre los defensores lanzando el balón hacia el área de penalti, lo que resulta en una ocasión similar a la que se obtiene con un saque de esquina. Hay que tener en cuenta que no hay fuera de juego cuando se lanza de banda.

TACTICAS DEFENSIVAS (cuando el equipo no tiene la pelota)

Táctica defensiva general

En un equipo de fútbol los once jugadores tienen un papel defensivo, aunque haya especialistas en defensa. El papel que se le asigna a cada jugador depende de la táctica. En principio, hay dos formas de defender: la defensa en zona y la defensa hombre a hombre. En una defensa en zona, los jugadores defensivos se mueven ajustando sus posiciones de forma conjunta, mientras que en una defensa hombre a hombre los movimientos se ajustan a las posiciones de los jugadores contrarios. También es posible asignarle la defensa hombre a hombre a uno o dos jugadores, mientras el resto del equipo defiende en zona. Actualmente la defensa más utilizada es la de zona, y sólo se defiende al hombre a ciertos jugadores de gran calidad.

Juego defensivo en defensa de hombre a hombre
En un sistema de defensa hombre a hombre el defensor central es un líder que tiene un papel libre, es decir, al que no se le ha asignado marcar a ningún jugador. El líbero a veces toma una posición ligeramente retrasada de las otras defensas, ya que su papel defensivo es "barrer" cualquier ataque que rompa la defensa y, como tal, añade una profundidad muy valiosa a la unidad defensiva. Generalmente, el líbero será el que controle la defensa y el que determina dónde debe estar la última línea en un momento dado. La defensa de zona no requiere líbero, y como este estilo defensivo se ha puesto de moda es difícil ver líbero hoy en día.
La forma de defender al hombre es esperar cerca del jugador marcado hasta que le pasen el balón, y justo entonces correr para cortar el pase o presionarle para evitar que avance. Si el jugador que recibe es grande o habilidoso para recibir el balón de espaldas, sería conveniente darle un espacio y luego intentar evitar que se gire. Siempre hay que permanecer detrás del jugador al que se está defendiendo.

Defensa con posesión de balón
Cuando el defensa que tiene la posesión de balón sufre la presión de un contrario, a menudo cerca de su portería, normalmente se elige despejar el balón lo más lejos posible (y sin mucha precisión) para evitar la situación de peligro. Si la presión es muy fuerte y con evidente riesgo de perder el balón, lo mejor es despejar fuera de banda o a córner. El despeje en largo puede proporcionar tiempo a la defensa para organizarse, incluyendo adoptar la formación correcta y la altura de presión. Si el ataque se produce cerca del área de penalti, los defensores saldrán rápidamente hacia adelante y eso provocará que los delanteros se retiren para evitar el fuera de juego en el próximo movimiento. El despeje puede combinarse con un intento de pase largo o cambio de juego. Los jugadores que están adelantados y que sufren de fuerte presión puede en algunos casos combinar el despeje con un disparo a portería.
Un equipo compuesto de buenos pasadores y jugadores móviles con buena habilidad de posicionamiento puede evitar el despeje si su habilidad le permite hacer pases cortos y retener la posesión hasta que salgan de la situación difícil. Esta retención de balón puede considerarse una forma de defender a largo plazo, ya que el equipo contrario no puede atacar cuando no tiene el balón. Con el balón, el equipo que aplica esta táctica puede simplemente pasarse el balón de unos a otros como en el estilo futbolístico de posesión pero con poca o ninguna intención de construir un ataque, disminuyendo así el riesgo de un robo de balón. El principal beneficio de esta táctica es que el equipo tiene un control completo sobre sus oponentes. Especialmente, si el equipo contrario juega a la presión, mantener la posesión en defensa les provocará un mayor cansancio. Sin embargo, es necesario tener una alta precisión en el pase para evitar perder el balón en una situación peligrosa. Esto estrecha la distancia entre el ataque, el centro del campo y la defensa. Así, si el contrario consigue la posesión, un balón largo podría abrir la defensa de forma efectiva. De forma similar, si es el ataque o el centro del campo el que necesita echarse atrás, el equipo tendrá pocas oportunidades de contraatacar incluso si roba pronto el balón.

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